Se acaba de estrenar en España la película For Greater Glory. La súper producción mexicano-estadounidense ha puesto en conocimiento del público español un acontecimiento de la historia mexicana del que se tenía escasa noticia. De hecho, hasta hace un par de décadas, también en México se trataba de un conflicto sobre el que se había acordado un pacto de silencio, de manera que o bien se atenuó su importancia, o simplemente se fue borrando de la memoria colectiva. He de confesar que yo mismo apenas contaba con una vaga noticia de aquellos hechos cuando comencé a elaborar mi tesis de doctorado, cuyo objetivo principal consistió en indagar las huellas que aquellos sangrientos sucesos habían dejado en la narrativa mexicana.
Los años dedicados a investigar en esta dirección me permitieron ir descubriendo una historia tan sorprendente como sobrecogedora. Tenía, como es lógico, unas altísimas expectativas por ver la recreación fílmica que tanto había dado qué hablar, hace un año, en México. Como suele ocurrir cuando nos hemos generado demasiadas ilusiones y conocemos bien un asunto, su transformación en película -salvo honrosas excepciones- deja un cierto regusto de insatisfacción. Me preocupa, principalmente, que el tono apologético y las licencias ficcionales puedan generar una imagen muy distorsionada de un hecho tan dramático. Prometo escribir mis impresiones con más calma. Pero, hoy, prefiero ofrecer a los interesados en conocer con más detalle el trasfondo histórico que intenta reflejar el largometraje, una visión panorámica de la guerra cristera, a través de las palabras de quien tuvo el valor, la inteligencia y el empeño de recobrarla para la historiografía del México contemporáneo: el historiador franco-mexicano Jean Meyer.
A fin de facilitar la escucha, he transformado en una entrevista de veinte preguntas la conferencia que impartió en la Universidad CEU-San Pablo, el 31 de mayo del año pasado, una semana antes de recibir el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Chicago. Creo que, con una admirable capacidad de síntesis y claridad expositiva, se nos ofrecen las claves más importantes para comprender cuáles fueron los motivos, desarrollo, actores principales, resolución y consecuencias del conflicto.
Con esta entrada inicio una nueva sección en el blog, donde iré «colgando» diverso material sobre la Cristiada. Por supuesto, no puedo dejar de agradecer a Jean Meyer la generosidad que, una vez más, me ha mostrado al permitir difundir estos audios.
Entrevista. Primera parte
El camino que lleva a la guerra: de la «Ley Calles» a la suspensión de cultos
1- Como usted bien sabe, la Guerra Cristera ha sido uno de esos hechos históricos sometido a la tiranía del olvido. ¿Podría señalarnos, en pocas palabras, qué fue lo que ocurrió en esa guerra y qué dimensiones alcanzó?
Jean Meyer (clica en este enlace para escuchar los audios)
El enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado reavivado por la Revolución desemboca en una gran guerra de tres años que costó 250.000 vidas y acarreó dos millones de emigrados.
2- ¿Cuáles son los pasos que conducen hasta la hostilidad entre el Estado e la Iglesia?
Finalmente, la promulgación de la Ley Calles, aplicación de los artículos constitucionales, recibe como respuesta la suspensión del culto público
3- Pero la decisión de suspender los cultos, como respuesta a la «ley Calles», hoy nos resulta inimaginable, ¿qué pretendía la jerarquía católica con esta medida tan extrema?, ¿por qué acudir a ese recurso?
El punto crucial reside en la obligación de los sacerdotes de registrarse y someterse a la autorización del gobierno.
4-Entiendo que, finalmente, se impuso la determinación más tajante dentro del episcopado mexicano, ¿no es así? Ahora bien, ¿cómo reaccionó el gobierno ante lo que parecía un modo de presionarlo para que reconsiderara la aplicación de las leyes?
El gobierno dice: «ah, muy bien, ¿el culto público se suspende?; pues también queda prohibido el culto privado». Los obispos no contaban con ello.
Primeros enfrentamientos: los inventarios
5- ¿Qué ocurre a partir del 31 de julio de 1926? ¿Cómo reacciona la población ante el cierre de los templos?
Abandonados los templos, el gobierno decide llevar a cabo un inventario de los bienes. […] Cuando se presenta el notario público encuentra la iglesia llena y la oposición de la población. Se manda al ejército y corre la sangre.
6- Con los ánimos tan soliviantados y ante la determinación inflexible de Calles, ¿México estaba de nuevo abocado a la guerra o cabía aún algún resquicio para la paz?
El Congreso sencillamente no repitió los más de dos millones de firmas presentadas al Congreso […]. Los Obispos, cuando van a ver al Presidente, realmente casi se pusieron de rodillas. […] Calles: «les quedan dos caminos, o la Cámara o las armas».
7- ¿Qué fue lo que prendió la mecha? ¿Qué hace que de la resistencia pacífica se salte al enfrentamiento abierto?
Hay un engranaje infernal que conduce a la guerra, una vez que se cruza la línea de la sangre con los inventarios. […] Anacleto, al arzobispo: señor, se nos fueron los bueyes…
El estallido
8- Entonces, ¿podemos decir que se produce el salto de las escaramuzas urbanas, para evitar el inventario de los templos, al conflicto armado? ¿Con qué ejército contaban los cristeros?
Es una guerrilla popular que no tiene dinero, que no tiene armas. […] Solamente el gobierno mexicano podía comprar armas en Estados Unidos.
9- Sin organización, sin mandos, sin armas… ¿de qué manera se produce ese alzamiento improvisado?
[…] Ezequiel Mendoza Barragán: «El César inducido por el diablo empezó a maltratar a mi Santa Madre Iglesia; a encarcelar, robar, ultrajar familias; a matar sacerdotes católicos. Y nosotros aguantando, a ver si en eso topa. Y ellos a tope y tope, y nosotros no les topamos por eso […]».
10- Esta impresionante declaración de Don Ezequiel nos muestra el carácter espontáneo de los primeros colectivos alzados en el campo. Ahora bien, tengo entendido que, desde la ciudad, la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa optó finalmente por apoyar la revuelta y ejercer la función de mando central del ejército rebelde. ¿Qué papel jugó esta asociación?
Nació para responder al intento de creación de una iglesia cismática. En 1925-26 vivió su momento glorioso y positivo, con la resistencia pacífica. […] Esos jóvenes radicales se suman a los alzamientos de rancheros y campesinos y lanzan una proclama para que el pueblo entero se levante en armas el 1 de enero de 1927.
(Continuará)
La Cristiada en imágenes
Aunque algunos ya lo habéis visto, os dejo aquí el vídeo «casero» que he montado aprovechando el preámbulo a la conferencia de Jean Meyer: un conjunto de fotografías, comentadas por el historiador, que nos ayudan a ponerles cara a los protagonistas y a situar los hechos.
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Mi abuelo fue Cristero, su nombre Fermin Becerra.
Quisiera saber si tienen registrado su nombre.
Mi correo es bety-ro@hotmail.com